La Historia del Arte de valencia.

Este blog está realizado para presentar desde un punto de vista informativo, sin prescindir del necesario rigor histórico, distintos aspectos de la Historia, la Cultura y la Historia del Arte Valenciano.

El territorio valenciano se sitúa en la zona del Levante de la Península Ibérica, siendo un lugar donde se han desarrollado importantes manifestaciones artísticas desde la Prehistoria. Por el territorio valenciano han pasado grandes civilizaciones. Las antiguas civilizaciones de la prehistoria, la cultura ibérica, las colonias griegas y púnicas que se instalaron en estos territorios . La colonización romana, seguida de la conquista visigoda y las colonias bizantinas que se establecieron en la mitad sur del territorio valenciano. El dominio islámico, al cual continuó la reconquista por parte de los reinos cristianos, conviviendo cristianos, musulmanes y judíos. La formación del Reino de Valencia dentro de la Corona de Aragón. Con los Reyes Católicos, el Reino de Valencia se anexionó al territorio español, donde permanece hasta la actualidad, diferenciándose por tener una historia, una cultura y una lengua propia, dentro de los distintos reinos que conforman el actual estado español.

Los artículos son presentados con gran sencillez ante los lectores con el objeto de que su lectura resulte interesante y amena, presentando una serie de enlaces y bibliografías donde se puede buscar y precisar una información más detallada de cada uno de los temas seleccionados.

Espero que lo disfrutéis.




Estudios Valencianos Histórico-Artísticos.
Contacto:
esthisartval@gmail.com

martes, 1 de mayo de 2012

La colección del Museo de Arte Contemporáneo de Vilafamés

Nota informativa.
Estos textos han sido copiados de la página Web del museo.

Una Aproximación Panorámica a la Colección
Juan Ángel Blasco Carrascosa
Ricardo Forriols

Desde que la idea de fundar un museo de arte contemporáneo en Vilafamés cuajara, a finales de los años sesenta, han transcurrido treinta años. Tres décadas ya, desde la gestación de una idea personal arropada por el entusiasmo colectivo y, también, de una particular colección que con el paso de los años ha ido creciendo hasta la actualidad. De tal manera que hoy supone una interesante muestra del arte del siglo XX, tanto valenciano como nacional e, incluso, con la presencia de destacadas firmas internacionales que en su momento supieron apoyar y estar presentes, formar parte y contribuir en esta peculiar museografía de vocación popular.
     Agrupadas por salas en los cuatro espacios en que se articula el Palau del Batle, un magnífico edicifio originario del siglo XV y habilitado para la exhibición, la colección del Museo de Vilafamés está formada en la actualidad por 595 obras de 438 artistas diferentes que, en la época de creación, a lo largo de los años y todavía en la actualidad, las donaron o depositaron temporal o indefinidamente mediante un sistema que permite la dinamización de los fondos, su renovación y actualización e, incluso, plantea la posibilidad de venta de ciertas obras a cualquiera de sus visitantes.
     Así, se considera prioritaria la voluntad de los artistas invitados en la construcción de la colección y del museo, resultando decisiva la ordenación de sus obras en las salas, renovadas cada cierto tiempo dada la imposibilidad de exhibir la totalidad de sus fondos.

* * *
Aunque la colección del Museo de Vilafamés se centra en los años de su creación y posterior desarrollo, podemos encontrar sugestivas obras de artistas decisivos fechadas con anterioridad. En este sentido y rastreando hacia atrás, las primeras referencias nos llevan a los años veinte y al momento anterior a la guerra civil, con los ecos del modernismo valenciano, el art déco y las influencias de las primeras propuestas de vanguardia. De este periodo cabe destacar la presencia de Josep Renau junto a la pintura de Borrás Casanova y las esculturas de Tonico Ballester y Ricardo Boix.


Obra de Josep Renau Obra de Borrás Casanova Obra de Tonico Ballester Obra de Ricardo Boix
Con el advenimiento de la Guerra Civil española en 1936 y, a su fin, de la Segunda Guerra Mundial, el mundo entero se conmociona, también el mundo del arte. No sucederán tan sólo exilios y salidas de artistas, censuras y silencios a la fuerza, sino que, además, aparecen el compromiso sociopolítico y el retrato de la barbarie, de los personajes, de las situaciones vividas. La guerra y la situación posterior dan al traste con las posibles vías de entrada de la necesaria información y cierran las puertas al exterior entreabiertas por la República.
     La relevancia en este contexto de la figura de Alberto (Alberto Sánchez), tanto artística como ideológicamente, se encuentra representada por una escultura acompañada por las pinturas y dibujos de Josep Renau, Manuela Ballester, Abad Miró y Ricardo Bastid Peris entre los artistas comprometidos.



Obra de Alberto Obra de Manuela Ballester Obra de Abad Miró Obra de Ricardo Bastid
En París estaban Henri Goetz o Joan Miró, quien donó una litografía dedicada en apoyo y agradecimiento a la iniciativa de Aguilera Cerni; además, en lo que respecta a artistas vinculados al círculo de la denominada Escuela de París, se encuentran en la colección obras de Alfred Manessier, Ismael de la Serna, Jacinto Salvadó o Manuel Ángeles Ortiz, que resumen los vínculos con las vanguardias históricas que irradian en esas fechas desde la ciudad del Sena a todo el mundo.


Obra de Henri Goetz Obra de Joan Miró Obra de Alfred Manessier Obra de Ismael de la Serna Obra de Jacinto Salvadó Obra de Manuel Ángeles Ortiz
De este momento de la historia pero en otro sentido (el de la posguerra y los años cuarenta), encontramos obra de pintores como Pedro de Valencia y de escultores como Rafael Pérez Contel y Alfredo Just Gimeno, éste con una obra realizada en su exilio definitivo en México.


Obra de Pedro de Valencia Obra de Rafael Pérez Contel Obra de Alfredo Just Gimeno
La renovación plástica en los cincuenta viene de la mano del informalismo gestado en los últimos años de la década anterior. En su vertiente internacional, el informalismo se encuentra representado por importantes obras de Georges Mathieu y Emilio Vedova que ejemplifican la gestualidad expresiva y materialmente pictórica surgida tras el paréntesis de la Segunda Guerra Mundial a ambos lados del Atlántico.


Obra de Georges Mathieu Obra de Emilio Vedova
En cuanto al panorama nacional, la superación de la situación de posguerra incorpora nuevos nombres y nuevas poéticas cada vez más relacionadas con el panorama europeo; en este sentido encontramos las pinturas del que fuera miembro fundador del grupo Dau al Set, Modest Cuixart, junto a un expléndido grabado de Lucio Muñoz y una rotunda escultura de Martín Chirino, en un claro diálogo con lo anterior.


Obra de Modest Cuixart Obra de Lucio Muñoz Obra de Martín Chirino
También en Valencia, los cincuenta significan la conexión más directa con lo que suponen las tendencias internacionales del arte a raíz de cierto expresionismo que se resume en las aportaciones del "Grupo Parpalló", alguno de cuyos integrantes están presentes en la colección. Así, la pintura de Manolo Gil nos devuelve a las primeras conclusiones de una interesante investigación que le llevará del expresionismo figurativo a una radical abstracción; una investigación truncada por la pronta muerte del artista. Las figuras de Jacinta Gil Roncalés, el expresionismo matérico y oscuro de Juan de Ribera Berenguer, las abstracciones de Vicente Castellano y de Custodio Marco, y las "integraciones" de Salvador Soria, la mayoría de ellos representados con obra posterior, pero que tiene su origen en estos momentos.


Obra de Manolo Gil Obra de Jacinta Gil Roncalés Obra de Juan de Ribera Berenguer Obra de Vicente Castellano Obra de Custodio Marco Obra de Salvador Soria
En esta línea de la renovación plástica podemos encontrar, en relación al paisajismo, una mirada diferente tanto a la naturaleza como a lo urbano y construída a medio camino entre la figuración y las propuestas expresionistas, en las pinturas del castellonense Juan Bautista Porcar o en las de Genaro Lahuerta, Francisco Lozano, Luis Arcas Brauner, Vaquero Palacios, Francisco Sebastián y Progreso, además del paisaje de Vilafamés de la pintora valenciana Milagro Bayarri.


Obra de Juan Bautista Porcar Obra de Genaro Lahuerta Obra de Francisco Lozano Obra de Luis Arcas Brauner
Obra de Vaquero Palacios Obra de Francisco Sebastián Obra de Progreso 
Dentro de lo que serían las poéticas independientes destaca la pintura y la escultura de Ripollés, así como las idiosincráticas obras de Luis Fajardo, Alegre Cremades, Agustín de Celis, Francisco Farreras, Fillol Roig, Guglielmo Lusignoli, Francesc Messa…


Obra de Ripollés Obra de Luis Fajardo Obra de Alegre Cremades Obra de Agustín de Celis
Obra de Francisco Farreras Obra de Fillol Roig Obra de Guglielmo Lusignoli Obra de Francesc Messa
Tras el informalismo, los años sesenta suponen para el arte la introducción y el desarrollo de otras tendencias que abren vías hacia la abstracción, o bien buscan la objetividad y la norma racional geométrica, en torno a movimientos que, detrás de sus diferentes etiquetas: op art, arte cinético, arte normativo..., se encuentran dignamente representados en varias salas del museo: justamente con las obras de Julio Le Parc, Luc Peire o Hsiao Chin, y —ya en el panorama nacional— con el móvil de Eusebio Sempere y las serigrafías realizadas por ordenador, del propio Sempere y de Abel Martín, junto a la pintura de conseguido efecto "moiré" de Elena Asíns.


Obra de Julio Le Parc Obra de Luc Peire Obra de Hsiao Chin Obra de Eusebio Sempere Obra de Abel Martín
Obra de Elena Asíns
Entre las diferentes aportaciones de los artistas valencianos de este momento a la colección se encuentran las obras geometrizantes de José María Yturralde, Joaquín Michavila y Soledad Sevilla, integrantes del grupo "Antes del Arte", junto a las de Jordi Pericot, Salvador Victoria, Caruncho o Mario Candela.


Obra de José María Yturralde Obra de Joaquín Michavila Obra de Soledad Sevilla Obra de Jordi Pericot Obra de Salvador Victoria
Obra de Caruncho Obra de Mario Candela
Desde un prisma diferente, otra pintura de Joaquín Michavila, así como los cuadros de Manuel Hernández Mompó y Jordi Teixidor constituyen una pintura más intimista, no tan racional, en una estrecha conexión con el espíritu de la abstracción lírica.


Obra de Manuel Hernández Mompó Obra de Jordi Teixidor
En lo que respecta a la escultura de este momento, deben citarse las obras de Ricardo Ugarte y Lorenzo Frechilla junto a las de valencianos como Amadeo Gabino (con sus tótems y columnas metálicos), o Ramón de Soto (también presente en "Antes del Arte"), con sus estilizadas estructuras filiformes; a las que hay que sumar las de Diesco, Nicolini, José Luis Sánchez, Marcel Martí, Feliciano, Eduardo Sanz y Francisco Sobrino.


Obra de Ricardo Ugarte Obra de Lorenzo Frechilla Obra de Amadeo Gabino Obra de Ramón de Soto Obra de Diesco Obra de Nicolini
Obra de José Luis Sánchez Obra de Marcel Martí Obra de Feliciano Obra de Eduardo Sanz Obra de Francisco Sobrino
Al mismo tiempo, la evolución de la historia del arte internacional deja entrever a lo largo de esta década de los sesenta la continuidad de la poética informalista y expresionista en una clara tendencia que se articula, incluso, hasta los años setenta. Su representación en la colección del Museo de Vilafamés se articula a través de las obras de artistas extranjeros, tales como Gérard Schneider, Jean Miotte, Bengt Lindström, Ladislas Kijno, Olivier Debré, Michel Cadoret, Guayasamín… o de españoles como Manuel Viola, José Ortega, Antonio Clavé, Pelayo, Xavier Oriach, Barjola y José Vento.


Obra de Gérard Scheneider Obra de Jean Miotte Obra de Bengt Lindström Obra de Ladislas Kijno Obra de Olivier Debré
Obra de Michel Cadoret Obra de Guayasamín Obra de Manuel Viola Obra de José Ortega
Obra de Pelayo Obra de Xavier Oriach Obra de José Vento
También es posible encontrar en el museo una sala dedicada a la presencia del ingenuismo con la obra de María Dolores Casanova y de la pintura naïf representada por las obras de Borrás Ausías, Oscar Borrás y Nanín.


Obra de María Dolores Casanova Obra de Borrás Ausías Obra de Oscar Borrás
Ya en los años setenta, las propias particularidades del momento —y no sólo en lo que respecta a la España que vivía los últimos años del franquismo y la transición a la democracia, sino que, también, al resto de una Europa puesta en pie en mayo de 1968—, permiten que afloren tendencias que, derivadas del pop inglés y americano, surgidos en la década anterior, convergen en las diversas propuestas de compromiso social que evidencian, además, la vuelta a la figuración y al realismo.
     Así, dado el carácter popular, didáctico y progresista del Museo, fueron muchos los artistas que participaron donando y depositando sus obras, por lo que no es de extrañar que el grueso de la colección del Museo de Vilafamés se localice en los años siguientes a su fundación, en 1970.
     Los "Aislamientos" de Anzo pueden servir como gozne entre las aplicaciones tecnicistas de los nuevos medios, la racionalidad geometrizante y las reflexiones comprometidas socialmente que marcarán gran parte de la producción artística de la siguiente década. Y, con ellos, las propuestas más relevantes en el panorama valenciano las encontramos en las aportaciones, surgidas al calor de las consideraciones de Aguilera Cerni sobre la "Crónica de la Realidad", tanto en la pintura del Equipo Crónica (compuesto por Rafael Solbes y Manolo Valdés) como en la del Equipo Realidad (formado por Jordi Ballester y Joan Cardells), junto a las multitudes manifestantes de Juan Genovés, la propuestas de Manolo Boix, Artur Heras y Rafael Armengol, el citado Anzo o la pintura de Antoni Miró, todos ellos influenciados por el pop y el realismo crítico. Y bajo la misma influencia estarán, tanto la exhuberancia de explícitas concomitancias eróticas de Andrés Cillero, como las geométricas siluetas de aire metafísico de Luis Prades o los personajes creados por la imaginación de un artista tan singular como Eduardo Úrculo.



Obra de Anzo Obra de Equipo Crónica Obra de Equipo Realidad Obra de Juan Genovés Obra de Manolo Boix
Obra de Artur Heras Obra de Rafael Armengol Obra de Antoni Miró Obra de Andrés Cillero
Obra de Luis Prades Obra de Eduardo Úrculo
En otro sentido se encuentran recogidas algunas poéticas personales realistas como son la relajada visión urbana de Amalia Avia, relacionada directamente con la escuela realista madrileña; la delicada pintura —entre simbolista e ingenuista— de Isabel Villar, o el hiperrealismo de Traver Calzada, en diálogo con la tradición pictórica española y la mirada fotográfica derivada del pop americano; así como el realismo intimista de Javier Lorenzo o la apuesta hiperrealista servida por los pintores castellonenses Manuel Vivó y Claudia de Vilafamés.


Obra de Amalia Avia Obra de Isabel Villar Obra de Traver Calzada Obra de Javier Lorenzo Obra de Manuel Vivó
Obra de Claudia de Vilafamés
No podían quedar excluídos de esta colección las respectivas obras de los fundadores del "Grup d’Elx": Joan Castejón, Sixto Marco y Albert Agulló; junto a la obra cerámica de Arcadio Blasco, la pictórica de José Quero y la escultórica de Nassio Bayarri tan insuflada de ínfulas cosmoístas. Y, con ellos, las pinturas de Agustín de Celis, Sánchez Arcenegui, Traver Griñó, Tasio Flors, Molina Ciges…


Obra de Joan Castejón Obra de Sixto Marco Obra de Albert Agulló Obra de Arcadio Blasco
Obra de José Quero Obra de Nassio Bayarri Obra de Sánchez Arcenegui Obra de Traver Griñó Obra de Tasio Flors
Obra de Molina Ciges
En este momento histórico en que nos hallamos, se sitúa el altar instalado por Alfredo Alcaín en uno de los rincones del museo, reuniendo las influencias del pop con el instalacionismo y las propuestas conceptuales que están recogidas también por la obra de Bartolomé Ferrando, más directamente relacionada con la poesía visual y el "performance art".


Obra de Alfredo Alcaín Obra de Bartolomé Ferrando
Por otra parte, siguen presentes en esta década las poéticas informalistas, geométricas y optico-cinéticas representadas a través de diversos enfoques de lo tridimensional: Teresa Eguíbar, Sacramento, Albert Féraud, Elvira Alfageme, Gabriel Cantalapiedra, José Luis Alexanco o Néstor Basterrechea; y de la pintura de Juan Hernández Pijuán, Juana Francés o Javier Calvo, entre otros.


Obra de Teresa Eguíbar Obra de Sacramento Obra de Alber Féraud Obra de Elvira Alfageme Obra de Gabriel Cantalapiedra Obra de José Luis Alexanco
Obra de Néstor Basterrechea Obra de Juan Hernández Pijuán Obra de Juana Francès Obra de Javier Calvo 
Con una década de historia a sus espaldas, desde su creación en 1970, el Museo de Vilafamés adquiere una relevancia añadida a su momento fundacional por el impulso que recibe en los años ochenta, tanto por parte del mundo artístico en la particular fórmula de construcción de sus fondos, como de las nuevas instituciones democráticas en la habilitación y acondicionamiento del edificio.
     En este gozne de arte de los años setenta, abiertamente lanzado a la búsqueda de una nueva imagen, los grabados de José Azorín se alían con las incursiones pictóricas de artistas tan difíciles de encasillar como Beatriz Guttmann, Pilar Dolz, Wenceslao Rambla, Rosa Torres, Ana García Pan, Luis Badosa, Ángela García, Mariano Maestro, Cristina Navarro, Isabel Oliver, Eva Lootz, Aurora Valero, Carmen Grau o Fuencisla Francés.



Obra de José Azorín Obra de Beatriz Guttmann Obra de Pilar Dolz Obra de Wenceslao Rambla Obra de Rosa Torres
Obra de Ana García Pan Obra de Luis Badosa Obra de Ángela García Obra de Mariano Maestro Obra de Cristina Navarro
Obra de Isabel Oliver Obra de Eva Lootz Obra de Aurora Valero Obra de Carmen Grau Obra de Fuencisla Francés 
Por otro lado, la diversificación que supone la década de los ochenta en cuanto al panorama artístico, con sus ingredientes de internacionalización de las propuestas, axiología mercadológica y el aura desprendida de los nuevos museos, tendrá su plasmación en una interesante recuperación de la figuración, con el trasfondo influyente de la transvanguardia italiana y el nuevo expresionismo alemán.
     Luis Gordillo, con una pintura que bebe del informalismo y el pop para consolidar a mediados de los setenta una poética personal y el reconocimiento nacional e internacional de su trayectoria plástica, será de algún modo el mentor de las nuevas generaciones artísticas, difícilmente etiquetables en un movimiento delimitado sino, al contrario, híbridas y heterogéneas. Así, después de la disolución de los Crónica, Manolo Valdés continua su trayectoria en solitario, como también lo harán nuevos pintores. Algunos de ellos con poéticas próximas a una revisitación del informalismo y la gestualidad expresionista abstracta, como son los casos de José Sanleón, Rafael Calduch, Uiso Alemany, Miguel Angel Ríos, María Chana, Dionisio Gázquez, Rey Fueyo, Vicente Rodes… Otros insertos en la pluralidad de manifestaciones de la nueva figuración ofertarán otras propuestas dirigidas a nuestra contemplación: son los José Morea, Horacio Silva, Manuel Sáez, María Montes, Enric Alfons, Willy Ramos, Giménez de Haro, Martín Caballero, Amat Bellés…



Obra de Luis Gordillo Obra de Manolo Valdés Obra de José Sanleón Obra de Rafael Calduch Obra de Uiso Alemany
Obra de Muiquel Ángel Rios Obra de María Chana Obra de Dionisio Gázquez Obra de Rey Fueyo Obra de Vicente Rodes
Obra de José Morea Obra de Horacio Silva Obra de Manuel Sáez Obra de María Montes Obra de Enric Alfons Obra de Willy Ramos Obra de Giménez de Haro
Obra de Martín Caballero Obra de Amat Bellés
En el campo de la escultura valenciana del decenio de los ochenta, los principales artistas están representados en la colección del Museo de Vilafamés: Miquel Navarro, Ángeles Marco, Sebastià Miralles, Amparo Carbonell, Vicente Ortí, Julián Abril, Emilio Martínez, Natividad Navalón, Pepe Romero, Jesús Castelló, Adriano Carrillo…


Obra de Julián AbrilObra de Miquel Navarro Obra de Ángeles Marco Obra de Sebastià Miralles Obra de Amparo Carbonell Obra de Vicente Ortí  Obra de Emilio MartínezObra de Natividad Navalón Obra de Pepe Romero Obra de Jesús Castelló Obra de Adriano Carrillo
Asímismo, la revalorización del trabajo de la cerámica en la dinámica y las formas del arte contemporáneo están también presentes en los fondos de este museo a través de piezas de Angelina Alós, Arcadi Blasco, Enric Mestre, Elisenda Sala, Manuel Safont, Marisa Herrón, Mercedes Sebastián, Dionisio Vacas y Cristina Cabrelles.


Obra de Angelina Alós Obra de Arcadi Blasco Obra de Enric Mestre Obra de Elisenda Sala Obra de Manuel Safont
 Obra de Marisa Herrón Obra de Mercedes Sebastián Obra de Dionisio Vacas y Cristina Cabrelles
De igual importancia son los tapices de Grau Garriga, Aurelia Muñoz, Royo, Raventós y Chiua Román, recogidos como muestra del empleo de técnicas artesanales puestas al servicio de una concepción renovadora del arte del textil.


Obra de Grau Garriga Obra de Aurelia Muñoz Obra de Royo Obra de Raventós Obra de Chiua Román
El crecimiento del museo a lo largo de los últimos años, en los noventa, ha estado condicionado a su puesta al día en tanto al espacio exhibitivo como a las obras y tendencias más contemporáneas. Todavía cuando aún las referencias a las propuestas actuales no está del todo inscritas, se muestra en este último bloque la diversidad con la que se ha caracterizado al arte posmoderno, tan íntimamente ligado al subjetivismo y las zigzaguentes estrategias de apropiación.
     Entre los artistas que ilustran la última década del siglo XX, en el Museo de Vilafamés cuentan el desaparecido grupo Alcalá-Canales (José Ramón Alcalá Mellado y Fernando Ñíguez Canales) en el campo del copy-art y la electrografía; la aportación de Víctor Bastida & Teresa Marín, el personalísimo realismo de Francisco Sebastián Nicolau, la distorsión figurativa surrealizante de Jesús Alonso, el paisaje ficticio de José Luis Albelda, las geometrías de Javier Chapa, la particularidad de Joël Mestre, los trabajos de retoque pictórico en fotografías del paisaje de Javier Garcerá, la pintura abstractizante de Cristina Alabau y de Rafael Hernández, y los particulares mundos de Theo, Mª José Marco y Antoni Debón, entre otros, sin olvidar la propuesta neo-pop del Equipo Límite.



Obra de Alcalá-Canales Obra de Bastida & Teresa Marín Obra de Francisco Sebastián Nicolau
Obra de Jesús Alonso Obra de José Luis Albelda Obra de Javier Chapa Obra de Joël Mestre
Obra de Javier Garcerá
Obra de Cristina Alabau Obra de Rafael Hernández Obra de Theo Obra de María José Marco Obra de Antoni Debón
Obra de Equipo Limite

* * *
Y hasta aquí este –obligadamente incompleto- recorrido por la colección del Museo de Vilafamés; un museo que cumple ahora treinta años, con la voluntad de seguir contribuyendo a una personalísima representación "didáctica" del arte del siglo XX.


ENLACE;
http://www.museudartcontemporanidevilafames.es/INICIO.htm

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