La Historia del Arte de valencia.

Este blog está realizado para presentar desde un punto de vista informativo, sin prescindir del necesario rigor histórico, distintos aspectos de la Historia, la Cultura y la Historia del Arte Valenciano.

El territorio valenciano se sitúa en la zona del Levante de la Península Ibérica, siendo un lugar donde se han desarrollado importantes manifestaciones artísticas desde la Prehistoria. Por el territorio valenciano han pasado grandes civilizaciones. Las antiguas civilizaciones de la prehistoria, la cultura ibérica, las colonias griegas y púnicas que se instalaron en estos territorios . La colonización romana, seguida de la conquista visigoda y las colonias bizantinas que se establecieron en la mitad sur del territorio valenciano. El dominio islámico, al cual continuó la reconquista por parte de los reinos cristianos, conviviendo cristianos, musulmanes y judíos. La formación del Reino de Valencia dentro de la Corona de Aragón. Con los Reyes Católicos, el Reino de Valencia se anexionó al territorio español, donde permanece hasta la actualidad, diferenciándose por tener una historia, una cultura y una lengua propia, dentro de los distintos reinos que conforman el actual estado español.

Los artículos son presentados con gran sencillez ante los lectores con el objeto de que su lectura resulte interesante y amena, presentando una serie de enlaces y bibliografías donde se puede buscar y precisar una información más detallada de cada uno de los temas seleccionados.

Espero que lo disfrutéis.




Estudios Valencianos Histórico-Artísticos.
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miércoles, 2 de marzo de 2011

Los judíos en el Reino de Valencia.

  
    Los hebreos son uno de los pueblos más antiguos de la tierra. Se habla de su presencia en España desde el primer milenio A.C.  Distintas leyendas medievales hacen referencia a la presencia de los judíos descendientes del rey David en Hispania que huyeron de palestina por las campañas militares de Nabucodonosor.

  Se puede confirmar la presencia de judíos en la Hispania romana, desde el siglo III de nuestra era, encontrándose presentes en las tierras que luego serían el Reino de Valencia.
   Durante el Imperio Romano, los judíos vivían acogidos a la misma legislación que el resto de ciudadanos del Imperio, de modo que no fueron molestados hasta el Edicto de Milan, promulgado por el emperador Constantino en el año 313, comenzando las disputas entre judíos y cristianos en todo el Imperio Romano.
     Los visigodos fueron tolerantes con la religión judía, empezando las hostilidades entre judíos y cristianos en Hispania tras el Concilio de Toledo (589), cuando el rey Recaredo se convierte del arrianismo al catolicismo, dictándose la primera ley antijudía.Esta política antisemita obedeció principalmente a diversos factores religiosos, que siendo alentada por los poderes eclesiásticos de la Iglesia cristiana, se mantuvo hasta la invasión de la península por los musulmanes. 
     Los musulmanes, inician la conquista de la península Ibérica en el siglo VIII . Durante el periodo del Califato permiten a los judíos cierto bienestar y libertad religiosa. Los musulmanes dieron a Hispania el nombre de Al- Andalus, mientras que los hebreos le llamaban Sefarad. Durante este periodo florecieron las comunidades judías, siendo la ciudad de Córdoba el centro cultural más importante de todo el Occidente. Los judíos de Al-Andalus  destacaron por sus conocimientos en medicina, ciencias, matemáticas, economía, etc.
   Los enfrentamientos entre los musulmanes y los reinos cristianos durante el siglo XII llevaron a que los almohades gobernaran en los territorios de Al-Ándalus, provocando antagonismos entre estos musulmanes más ortodoxos e intransigentes y los judíos. Entre los judíos que se vieron obligados a emigrar de Al-Ándalus destaca la figura de Moisés ben Maimon, conocido como Maimónides.
Escultura de Maimónides
Judería de Córdoba.
    Los judíos que vivían en los reinos cristianos pasaron por situaciones muy diversas, quedando siempre reguladas las relaciones entre judíos y cristianos mediante códigos, donde destaca el Código de las siete Partidas de Alfonso X y  los fueros. Encontramos momentos de una convivencia pacífica y de tolerancia, frente a situaciones tensas, produciéndose enfrentamientos e incluso asaltos y matanzas de judíos, destacando las cruzadas, el pogroms de 1391, la aparición en escena de la Inquisición española y la definitiva expulsión de los judíos de España en 1492.
   Durante toda la Edad Media existió un sentimiento antisemita y antijudío que, alentado por los eclesiásticos como San Agustín, Gautier de Coinci o la actividad proselitista de San Vicente Ferrer,  creó un clima de tensión y antagonismo entre cristianos y judíos, resultando interesante el modo en que San Agustín pone de manifiesto la ortodoxia clásica frente a la herejía en La ciudad de Dios.
    Para analizar el tema de la coexistencia de judíos, cristianos y sarracenos en la península resulta interesante la obra del medico, poeta y pensador hebreo Judah ha Levi (1075-1141), destacando el Cuento de los tres anillos donde se revela el ambiente de tolerancia entre las tres religiones.
       Debido a la protección de los reyes cristianos, los judíos de Sefarad estaban considerados como la mejor comunidad judía en Europa. Pero, los asaltos a las juderías, especialmente la de 1391, inició un movimiento antijudío. Se dictaron muchas leyes contra los judíos. Estos movimientos antijudíos eran provocados por religiosos, como el arcediano de Écija, Fernán Martínez, pretendiendo la conversión de todos los judíos o su expulsión. En 1478 se implantó en España el Tribunal de la Santa Inquisición, siendo nombrado Torquemada como inquisidor general. El objetivo de la Santa Inquisición era reprimir cualquier manifestación contra la fe cristiana, siendo los judíos juzgados y ejecutados por herejía. Los judíos que no quisieron renunciar su fe mosaica se vieron obligados a abandonar España en el 1492.
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Tribunal de la Santa Inquisición. Goya.

     Los principales factores que influyeron en la ruptura del ambiente de tolerancia entre las tres religiones fueron; los predicadores alimentaron la hostilidad, convirtiéndose en odio durante la recesión del siglo XIV, las monarquías tendieron a la unicidad religiosa para mantener el orden público y la renovación religiosa, que busca mediante la predicación y el proselitismo, el retorno al puro cristianismo.
    Los judíos fueron expulsados de España en el año 1492, decreto formulado por los Reyes Católicos.  Los Reyes Católicos, forzados por la Iglesia cristiana y para evitar devolver los prestamos que los judíos les habían dejado para la conquista de Granada, decidieron expulsar de España a los judíos que no se cristianizaran.  El número de expulsados oscila entre 100.000 y 160.000 judíos, tomando como destino distintas ciudades europeas y del norte de África.
    La imagen estereotipada y negativa de los judíos difundida por la Iglesia durante la Edad Media se mantuvo varios siglos después, manteniéndose algunos de estos rasgos hasta la actualidad.
   Algunos historiadores e investigadores defienden que la expulsión de los judíos de España fue un gran error, como manifiesta  Adolfo de Castro en esta apología al pueblo judío; “...mostraré cuan fuera de toda razón han caminado aquellos escritores que, corrompiendo la verdad, tuvieron i aun tienen a los antiguos judíos españoles por hombres tan solo dados  a la usura i a esconder en las entrañas de la tierra el fruto de sus trabajos, comercios i granjerías; puesto que á ellos debe España grandes adelantamientos en la medicina, en la filosofía, en las matemática i en la náutica. Los reyes los consultaban en las más arduas materias de estado, i acometian, con el favor de sus consejos i dinero, las mas dificultosas, las mayores i las mas arriesgadas empresas.

       Mostraré ademas el yerro i grande, sobre injusticia, que cometieron los Reyes Católicos al ordenar su entrañamiento de los reinos de España...”

      Tras la expulsión de los judíos, muchos de los conversos que decidieron quedarse en España fueron perseguidos por la Santa Inquisición siendo juzgados y perseguidos por sus supuestas prácticas judaizantes.

La expulsión de los judíos de España.
Emilio Sala. Siglo XIX.


               Incluso, los judíos que vivían fuera de España sufrieron aislamientos y persecuciones en los distintos estados donde vivían. Podemos encontrar un ejemplo de este aislamiento en la obra de Shakespeare, El mercader de Venecia, de 1596. Pero, la máxima manifestación del antisemitismo se produjo durante el genocidio nazi en el siglo XX.


Las juderías valencianas.
    La presencia de judíos en tierras valencianas se puede documentar desde el siglo III de nuestra era.  Siendo conocidas distintas juderías en el Reino de Valencia como las de  Morella, SAn Mateo, Castellón, Onda, Vila-Real, Borriana, Sagunto, Valencia, Chelva, Alzira, Xàtiva, Elche y Orihuela.
   La sociedad hebrea sefardí vivía dentro de un espacio físico delimitado, llamado judería, que se encontraba en muchas ocasiones amurallado para quedar separados de los cristianos. Dentro de estas juderías se encontraban sus viviendas, sus negocios, los baños, las sinagogas, etc.
     


Puerta de la judería de Sagunto.

Barrio de la Judería de Chelva.

Judería de Morella.

Judería de Sagunto.



Los judíos vistos por los cristianos medievales.
    Existe una abundante representación de figuras de judíos, sobre todo en pintura, pero resulta interesante como aparecen siempre con características similares, creando un estereotipo de los judíos que todavía pervive con algunos rasgos como la nariz ganchuda.
    El historiador Hinojosa Montalvo nos cuenta;  (...) siempre hay quienes me preguntan sobre la nariz ganchuda de los judíos (...) se quedan sorprendidos cuando les explicas que habían judíos narigudos, chatos o con la nariz ganchuda, como en cualquier otro grupo étnico y que no se diferenciaban físicamente de sus vecinos cristianos.”
    Los judíos aparecen en las manifestaciones artísticas cristianas mostrando una imagen negativa, siendo fruto de una propaganda antijudía. Uno de los motivos de rechazo era porque los judíos solían ser miembros importantes y productivos de la sociedad europea, pero la minoría que suponían en una apabullante y supersticiosa sociedad cristiana hicieron de ellos los principales candidatos a cabezas de turco. La antigüedad de su fe les concedía el papel de poseedores de un saber y conocimiento arcano, lo que les hacía muy poderosos y, para la mentalidad cristiana, potencialmente peligrosos.
    La figura negativa que ofrecen los judíos en estas pinturas se encuentra animada por diversas leyendas medievales como la leyenda del libelo de sangre, u otras leyendas como las narradas por Gautier de Coinci (1177-1236), además de la leyendas que se relatan en las Cantigas de Santa Maria de Alfonso X .
Dentro de la propaganda antijudía los cristianos hacían responsables a los judíos de la crucifixión de Cristo, de la peste negra, difundiendo la imagen de los judíos como adoradores de demonios, destructores y sacrílegos de imágenes cristianas y como usureros, basándose, principalmente, en falsas acusaciones, leyendas y mitos.
            Los judíos aparecen en muchas ocasiones como demonios, siendo asociados por las clases populares al reino del Anticristo. En muchas ciudades eran obligados a llevar signos distintivos en sus ropas, como se puede apreciar en las bulas que expidió el papa Benedicto XII en la ciudad de Valencia el día 11 de Mayo de 1415, o las distintas disposiciones de los reyes cristianos desde el IV Concilio de Letrán (1215).
    La figura de los judíos aparece también en muchas de las miniaturas cristianas mostrando una imagen negativa de los mismos con fines moralizadores. Los judíos habían rechazado a Cristo y lo habían crucificado, convirtiéndose en demonios y herejes a imagen de los cristianos. Su figura sirve como modelo para distintos programas visuales moralizadores, donde se promulga el aislamiento y la humillación de los judíos. La Iglesia cristiana creó una imagen y una iconografía de los judíos para destruirlos. Las biblias moralizadas se encargaban de difundir las imágenes de los judíos relacionadas con la crucifixión de Cristo y con una serie de falsas leyendas sobre destrucciones de símbolos cristianos, profanaciones, asesinatos y engaños producidos por los judíos.
   Las figuras de judíos se reconocen en muchas ocasiones por el sombrero puntiagudo, además  de los símbolos de identificación de su indumentaria, cuando empiezan a llevar “túnicas largas de paños oscuros, capirotes grandes hasta las espaldas, con su doble cogulla y una rueda (sobre el pecho).
Biblia de San Luis. Siglo XIII.

   La figura de los judíos en las miniaturas regias merece un estudio particular. Algunos reyes tenían una gran tolerancia con los judíos, incluso, los propios reyes se aprovechaban de la brillante situación económica de los judíos y de sus conocimientos científicos y médicos. 
    Las buenas relaciones que mantuvieron muchos de los reyes cristianos con los judíos se manifiestan en el distinto tratamiento con que aparecen estos personajes en las miniaturas regias. En estas lujosas miniaturas, los judíos conservan algunos de los símbolos iconográficos que se les atribuyeron durante la Edad media, pero su porte resulta mucho más digno y noble que en la miniatura religiosa. 
    Encontramos miniaturas donde aparecen figuras de judíos ataviados del mismo modo que los cristianos, de modo que se reconocen por sus tocados y por algún rasgo fisiológico como la nariz aguileña, producto de la imagen estereotipada que se creó de los judíos.

Cántigas a Santa Maria. Mesa de cambio.
 Alfonso X, el Sabio. Siglo XIII.


Libro de juegos de axedrez, dados y tablas de Alfonso X .

               Estas figuras aparecen en ambientes relajados e integrados en la sociedad, como el juego del ajedrez en el Libro de juegos de axedrez, dados y tablas de Alfonso X . En las Cantigas de Santa Maria aparecen algunos judíos en sus distintos oficios, como mercaderes o en la mesa de cambio. La aparición de judíos en ambientes cortesanos y cotidianos, dentro de un ambiente calmado y sereno, nos proporciona la imagen de tolerancia y convivencia de algunos de los reyes cristianos hacia las demás religiones que coexisten en la península Ibérica.

La dormición de la Virgen, Joan Reixach, siglo XV.

Profeta Isaias, J. Reixach.
Circa 1450.


Tríptico de la Pasión.
El Bosco. Siglo XVI.


Los judíos vistos por ellos mismos.


   Los judíos, por la prohibición bíblica, no producen imágenes de carácter religioso. Pero, realizan miniaturas en diferentes manuscritos que tratan el relato pascual o Haggadah. Estas ilustraciones describen el ambiente de las casas judías durante la pascua, apareciendo la figura de personajes judíos dentro de un entorno familiar o durante celebraciones en la sinagoga.
               Los personajes que aparecen en las Haggadah aparecen ataviados a la moda cristiana de la época, sin rechazar su peculiaridad de judíos en algunos elementos de su vestimenta como la chía o cubrecabezas. Estas características de las miniaturas judeoespañolas les proporcionan un aire de sinceridad y realismo.
               Las Haggadah son el elemento más importantes para este estudio, entre las que podemos destacar la Haggadah de Oro  realizada en Cataluña hacia 1320; la Haggadah de Barcelona, de la similar cronología a la anterior; la Haggadah Rylands y la Haggadah de Sarajevo , ambas también del siglo XIV. Estos Haggadah fueron realizados en la península Ibérica, pero actualmente se encuentran en distintas bibliotecas de toda Europa, pues sus antiguos propietarios se las llevaron durante la expulsión de los judíos en 1492.
    Dentro de esta estética simbólica, los judíos aprovechan sus manifestaciones artísticas para transmitir su condición de vida, la represión sufrida, la esperanza y la promesa de una mejor vida futura, plasmando el concepto que el judío tiene de sí mismo y su realidad.
               Las estampas amables en su “gueto” son un recurso para mantener viva la llama de su identidad. Las escenas de festividades mantienen el recuerdo de un pasado idílico y la promesa de su futuro como “pueblo elegido” por Yahvé y heredero de la “tierra prometida”, tal como se refleja en las Sagradas Escrituras.
            Pueblo orgulloso de su etnia, su ciencia y su filosofía, plasma los personajes judíos estereotipados, apostando por una visión positiva de los mismos, mediante imágenes serenas y optimistas, que idealiza con signos de triunfo como la juventud. 


Escena de una familia de judíos del Haggadah de Barcelona, siglo XIV.

Judíos en la sinagoga, Haggadah de Sarajevo,
 realizada en Barcelona, siglo XIV.

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APÉNDICE DOCUMENTAL.

Decreto de expulsión de los judíos de los Reyes Católicos.
Cédula del 31 de Marzo de 1492.

            “Sepades é saber debedes que porque Nos fimos informados que hai en nuestros reinos é avia algunos malos cristianos, en las Córtes que fecimos en la ciudad de Toledo en el año pasado de 1480 mandamos apartar los judíos en todas las ciudades, villas é lugares de los nuestros reinos i señoríos, é dándoles juderías é logares apartados en que viviesen en su pecado, é que en su apartamiento se remosderian; é como se ficiese Inquisicion en los nuestros reinos é señoríos: lo cual como sabeis há mas de doce años que se ha fecho é face é por ella se han fallado muchos culpables, segun en notorio é segun somos informados de los muchos inquisidores é de otras muchas personas religiosas, eclesiásticas é seglares, é consta é paresce ser tanto el daño que á los cristianos se sigue i ha seguido de la participacion, conversacion i comunicacion que han tenido é tienen con los judíos, los cuales se precian que procuran de subvertir de nuestra Santa Fe Católica. E porque los dichos judíos y judías puedan, durante el dicho tiempo fasta el fin del dicho mes de Julio, dar mejor disposición de sí é de sus bienes é hacienda, por la presente los tomamos é recibimos só el seguro é amparo é defendimiento real é los aseguramos é ellos é á sus bienes para que durante el dicho tiempo fasta el dicho dia fin del dicho mes de Julio puedan andar é estén seguros é puedan vender i trocar i enajenar todos los muebles é raices, é disponer libremente á su voluntad é que durante el dicho tiempo, no les sea fecho mal, nin daño, nin desaguisado alguno en sus personas, ni en sus bienes contra la justicia, só las penas en que incurren los que quebrantan nuestro seguro real. E asimesmo damos licencia é facultad á los dichos judíos é judías que puedan sacar fuera de todos los dichos nuestros reinos é señoríos sus bienes é faciendas por mar é por tierra, en tanto que no sean oro nin plata, nin moneda amonedada, ni las otras cosas vedadas por las leyes de nuestros reinos, salvo mercadurías que non sean cosas vedadas ó encobiertas".

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“Disposiciones del Papa Benito XIII (Benedicto XIII) en las bulas que expidió en la ciudad de Valencia el día 11 de Mayo de 1415.

7º Que en cada ciudad, villa o lugar en que hubiese judíos, les sean destinados para su morada barrios separados de los cristianos.
8º Que todos los judíos i judías lleven en sus vestidos cierta divisa de color encarnado i amarillo del tamaño i figura que en la bula van señalados: los hombres en el vestido esterior sobre el pecho; las mujeres en las frentes.”

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Carta que se escribieron los judíos de España a los de Constantinopla tras el decreto de los Reyes Católicos para la expulsión de los judíos no convertidos.

“ Judíos honrados, salud i gracia: Sepades que el rey de España por pregon público nos hace volver cristianos i nos quiere quitar las haciendas i nos quita las vidas, i nos destruye nuestras sinagogas, i nos hace otras vejaciones, las cuales nos tienen confusos é inciertos de lo que debemos hacer. Por la lei de Moisen os rogamos i suplicamos tengais por bien de hacer ayuntamiento é enviarnos con toda brevedad la deliberación que en ello habeis hecho. – Chamorro, príncipe de los judíos en España.”
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Relato de un judío sobre los pogroms de fines del siglo XIV.

            A finales del siglo XVI un judío de ascendencia española (Yosef Ha-Kolen) redactó una dramática crónica en la que se narran las desventuras de su pueblo. El pasaje que recogemos, aunque con algunos errores (el rey Duarte de Portugal asciende al trono con posterioridad) de una interesante visión de las penalidades y las deserciones hebreas años después del terrible pogrom de 1391.

            “ Salieron mis antepasados los Kohen de la ciudad de Cuenca en aquellos aciagos días, ante la cólera del tirano y marcharon al Castillo de Huete, donde se quedaron. De los restantes, muchos se suicidaron y otros mataron a sus hijos e hijas por temor de que cambiasen de religión; otros se apartaron de Yehveh, Dios de Israel.
            El número de víctimas en la matanza fue de unas ciento cincuenta mil almas; y los que se descarriaron, unos quince mil. Muchos huyeron a tierras de los ismaelitas en aquella época, y otros muchos escaparon a Portugal y se quedaron allí.
            Intentó aquel malvado monje (San Vicente Ferrer) marchar también allá para darles delantera, pero habiendo preguntado entonces al rey Duarte de Portugal, le dijo éste: “ven con alborozo, sólo te has de poner una corona de hierro recién retirada del fuego sobre tu cabeza”. Y él retrocedió con oprobio.
            Solamente el rey de Aragón atendió su voz. Fueron muchos los descarriados en aquella época nefasta en Cataluña, Aragón y Sevilla. Desde aquel día hubo muchos conversos en toda España; después volvieron muchos al Señor, cuando pasó la indignación de encima de ellos, pero les pusieron inquisidores hasta hoy.
            Habitaron los judíos la fortaleza de Huete, la de Soria y otras fortalezas adonde habían escapado, hasta que salieron de aquella tierra que Yahveh maldiga.”

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Enlaces de interés:
http://revistas.ucm.es/ghi/02143038/articulos/ELEM8585221547A.PDF

http://galeon.com/galeria4argantonios/Sagunto/juderiaValencia.pdf

http://sefarad.rediris.es/portada.htm

http://cvc.cervantes.es/artes/sefarad/sefardita/libros.htm


Bibliografía.


-          ALDANA FERNÁNDEZ, Salvador (2007), Los judíos de Valencia: un mundo desvanecido, Valencia, Carena editors.

-          SUÁREZ FERNÁNDEZ, Luis (1988), Judíos españoles en la Edad Media, Madrid, Ediciones Rialp.





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