Durante gran parte del siglo XIX y casi todo el XX, la posición de París como capital de las artes era incuestionable: la belleza de la ciudad, su atmósfera romántica, su historia cultural, su política liberal y el bajo coste de la vida, la convirtieron en imán para artistas de todo el mundo.
“En 1889 son muchos los pintores españoles que llegan por primera vez a Paris, pero a partir de entonces el viaje empieza a tener unas consecuencias imprevistas. Los oropeles de los Champ-Elysées o del Champs-de-Mars, de l’École des Beaux Arts o del Institut se sustituyen poco a poco entre los más inquietos por la bohemia de Montmartre. La fascinación mundana se quiebra. La vanguardia se abre paso.”
REYERO, Carlos (1993), París y la crisis de la pintura española,1799-1889 :
del Museo del Louvre a la torre Eiffel. Universidad Autónoma de Madrid . p.239
La ciudad de Valencia, comparándose con París, cuenta con Academia desde 1768, aunque se sientan en Valencia los influjos académicos de Madrid. Pero, no hay que olvidar el hecho de que Valencia cuenta con una importante tradición en el mundo de las artes, puesto que durante la Edad Media se realizaba una importante actividad artesanal, además de contar con algunos de los mejores artistas de España durante los siglos XV y XVI, que dejaron una importante huella en la tradición artística de la capital del Turia.
La Academia de San Carlos de Valencia desarrolla una importante labor en la formación de artistas, donde cabe destacar la figura de Vicente López.
Vicente López Portaña (Valencia, 19 de septiembre de 1772 Madrid, 22 de julio de 1850). Pintor español que estudió en Valencia, en
la Academia de San Carlos donde en 1789 fue premiado, por su
obra El rey Ezequías haciendo ostentación de sus riquezas, consiguiendo una beca para estudiar en Madrid. En 1780 obtiene el primer premio de
la Academia de San Fernando con la obra
Los Reyes Católicos recibiendo una embajada del Rey de Fez.
Pasó trece años en Madrid, donde recibió la influencia de pintores como Francisco Bayeu, Mariano Salvador Maella y de Mengs, regresando a Valencia en 1792. Pintó a Fernando VII con el hábito de la Orden de Carlos III y numerosos retratos de los jefes militares franceses que ocuparon España durante la Guerra de la Independencia. Su realismo en los retratos lo llevaron a que Fernando VII lo nombrará Primer Pintor de Cámara en 1815, desplazándose nuevamente a Madrid.
En 1826 realizará su obra más conocida, el Retrato de Francisco de Goya, y en 1831 hará el retrato de Fernando VII con el hábito de la Orden del Toisón de Oro.
Falleció el 22 de julio de 1850 cuando era Primer Pintor de Cámara de Isabel II.
Retrato de Goya,1826. Vicente López.
Fernando VII. Vte. López.
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